Actuar en la enigmática y misteriosa
comarca de Las Hurdes que tiene magia propia y que decir de su gente muy agradecida y deseosa del disfrute de la prestidigitación.
En la población de Riomalo de Arriba, allí me contaron la
asombrosa historia de Marceliano Carrero Martín, sucedida en 1950. Que
al llegar a casa busqué, de la cual os dejo el enlace, no dejéis de leerla.